A través de mi perspectiva a lo largo del tiempo, veremos este proceso en el que, a pesar de estar siempre mirando hacia el mismo lado, veremos cosas completamente distintas.
Recuerdo cuando en mi primer trabajo me hablaron sobre los vouchers y los cursos disponibles como beneficio. Recién salido de la universidad, tomé la iniciativa de aprovechar esta oportunidad y tomé una certificación en solo 3 semanas. Aprovechaba el tiempo de mi viaje en bus para estudiar y me sentía listo para el examen después de solo una semana. Aunque tuve que esperar un tiempo para dar el examen, finalmente lo aprobé en solo 40 minutos. Mi éxito fue celebrado y mis jefaturas estaban de acuerdo en que más certificaciones serían beneficiosas para mí y para la empresa. En solo un año, tomé 4 exámenes más y avancé en mi perfil. Al final, estaba haciendo esto más por costumbre que por un plan o gusto.
Terminé tomando exámenes de módulos de venta y configuraciones de servidores, que estaban lejos de mi perfil y mis tareas diarias, ya que en ese momento me dedicaba a la programación. Aunque cualquier conocimiento extra es bienvenido, me di cuenta de que había perdido el foco . En la renovación, solo me enfoqué en las 2 certificaciones relevantes para mi cargo, lo que hablé con mi líder. Juntos trazamos un camino a seguir para enfocar mis esfuerzos. Con el tiempo, seguí ese camino y cambié de trabajo, y las certificaciones que había obtenido me ayudaron a obtener un mejor puesto. Realmente sirvieron.
Llegué a un lugar lleno de gente talentosa, algunos estudiando. Allí empecé a ver las certificaciones de otra manera. Me di cuenta de que no soy mejor por tener un certificado, sino por el conocimiento que tengo y lo que puedo hacer con él. Vi el talento en mis compañeros y cómo se enfocan en entregar trabajos de calidad. Decidí dejar de certificarme y enfocarme en mi crecimiento personal. Al principio, me preocupaba que no pudiera demostrar mis conocimientos, pero con el tiempo mejoré mi desempeño y pude negociar un par de reajustes. Este enfoque me gustó porque ya no sentía que estaba dispersando mi enfoque.
Este concepto se aplica a los juegos, permitiendo iniciar desde el principio con objetos y experiencia previa, lo cual brinda la oportunidad de explorar nuevas opciones.
Mientras estaba en un nuevo cargo, me enteré de un programa de certificación para partners, pero no le di demasiada atención en ese momento. Con el tiempo, adquirí más experiencia y pude desenvolverme de manera más rápida e independiente. Luego, descubrí que tenía habilidades en la plataforma GitHub y me encontré con una lista de cursos disponibles. Decidí tomar el examen y aprendí aún más en profundidad. Como resultado, obtuve tres certificaciones y me di cuenta de que las certificaciones no son solo para colgar en la pared, sino para validar mis habilidades.
Para crecer como profesional es importante absorber conocimiento y aprender a desempeñarse en distintas situaciones, incluyendo aquellas desconocidas que implican riesgo. Esto te dará visibilidad. Las certificaciones son necesarias solo cuando son pertinentes y suman valor a tu labor.